La posesión satánica (The possession) - Crítica





 

06/09/2012 - Cinesa Diagonal
TR3SC - 1,60€

Un padre con dos hijas se está divorciando de su mujer, por lo que se compra una casa a las afueras de la ciudad. Un dia devolviendolas a casa de su madre, paran en un rastrillo para comprar cosas para la nueva casa. Alli la hija pequeña encuentra una caja de madera sin juntas con tallas en hebreo.
Ya en en casa, la caja se abre y en ella encuentra una serie de objetos extraños. A partir de entonces empiezan a suceder una serie de fenomenos paranormales y posesiones que llevan al padre a investigar el origen de la caja, descubriendo que esta es un contenedor de un kibuk. Un demonio judio que posee niños para robarles la vida.

La película es una más del género de lo que es la subsección de terror: posesiones y exorcismos.

Como ya viene siendo habitual en las últimas entregas, los productores eligen este subgenero que por lo intangible de los espiritus, siempre da más mal rollo al espectador que quizá un slasher con una protagonista blandengue que no acaba con el asesino a trabucazos, ya que los espiritus encabronados son más dificiles de gestionar. Y como últimamente 1 de cada 3 cintas de terror es de posesiones/exorcismos en Hollywood han de buscar el toque de originalidad, que en este caso viene dado en que han pasado de los curas exorcistas para pasarse al judaismo con rabinos ultraconservadores.

Como es previsible, la cinta no supone ninguna revolución del género, pero no deja de ser una película de terror con sustos orquestados con estridentes bandas sonoras de cuerda.

Hay una escena curiosa de la niña poseida en la cocina, donde en la penumbra y a través de botes de cristal logran unos efectos especiales caseros bastante curiosos.

Pero seguramente la mejor secuencia es la del exorcismo. Quizá por lo novedoso de que lo haga un rabino o porque le ponen cara a la posesión.

Además usan bastantes recursos habituales de las películas de terror.
Que no por típicos no quiere decir que no sean buenos. Como podría ser el clímax del exorcismo con luces fluorescentes parpadeantes. Estos mismos tópicos clásicos del terror hacen que haya un par de escenas que lleguen a rozar lo cómico por lo sobado que está el tema. Pero nada que los amantes del terror no disfrutemos.

A título personal, el momento de la resonancia magnética es bastante épico.

La niña poseida tiene un papel destacable en colaboración de Jeffrey Dean Morgan, alias el padre Einchester quién esta vez no contiene a los espiritus con sal.

Película correcta como terror, pero quedará destinada a nutrir las estanterias de la sección de terror de los videoclubs.

Lo mejor: El exorcismo final.
Lo peor: Que pasará a la larga lista de títulos del subgénero de terror de exorcismos.

Nota: 5

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