Lobos de Arga - Crítica





En 1910, en Arga, un pequeño pueblo gallego, una maldición cae sobre la malvada marquesa de Mariño: al cumplir los diez años, su hijo se convierte en un hombre-lobo. Cien años después, Tomás (Gorka Otxoa), un escritor fracasado que es el último descendiente varón de los Mariño, regresa al pueblo convencido de que van a nombrarlo hijo adoptivo de Arga. En realidad, los vecinos piensan sacrificarlo en una oscura ceremonia para acabar con el reinado de terror del hombre-lobo que lleva un siglo sembrando el pánico en la comarca. De no llevarse a cabo la inmolación del último de los Mariño en la fecha exacta, una segunda maldición de consecuencias más terribles, caería sobre el pueblo. (FILMAFFINITY)


Simplemente con el casting ya es un reclamo y sabemos a lo que nos enfrentamos: Gorka Otxoa, Carlos Areces, Secun de la Rosa y Manuel Manquiña = Comedia del Absurdo. Sí, no hay que esperar más, y es lo que queremos. Película que parece incitar al terror y al thriller, sabe cómo desarrollar una trama sobre licantropía en un pueblo de Galicia dándole una vuelta de tuerca a la imagen que siempre se nos transmite sobre la sociedad rural de la España profunda, provocando la carcajada en el espectador. Es una lectura irreverente del género, gamberra y descarada en cuanto al tratamiento del héroe y de los pueblerinos, ligado todo ello con una técnica impecable de maquillaje y efectos visuales.

Cabe destacar que hay varias escenas de auténtica carcajada como son la escena en los tuneles, la que intentan romper la maldición o la de la llegada de la guardia civil al pueblo. Auténticas escenas de humor made in Spain con un trasfondo de película de terror serie B.

De lo mejorcito visto últimamente no sólo a nivel americano sino también de aquí, de estas tierras. Totalmente recomendada para evadirse, pasar un buen rato y reírse. Sencilla y llanamente.

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