16 de juliol de 2012
La lamentable subida del IVA, que tantos problemas va a traer en muchos aspectos de la vida de millones de españoles es un duro golpe a sector cinematográfico, por no decir al teatral. Sin querer subrayar solamente un sector, permitidme que hable sobre el que pertenezco y conozco mejor. En estos momentos, la exhibición cinematográfica, punta de la pirámide de la industria, se encuentra en un punto de inflexión crucial, un momento de crisis de espectadores muy propia de la coyuntura española y que había producido ya una brecha importante a lo largo del año 2012. La aplicación de un IVA fuera de toda lógica al sector de la exhibición provocará una nueva ola de deserciones de nuestras salas, con la bajada sistemática en recaudación de todo tipo de productos.
En primer lugar, las grandes superproducciones seguirán su descenso vertiginoso en territorio español provocando una gran desconfianza de Hollywood hacia la viabilidad del mercado español, en un momento en que los mercados emergentes están en auge (China, Rusia, Brasil….), lo que no se traducirá en compensaciones sino en recortes y limitaciones en un territorio que ha dejado de ser rentable. Las majors se centrarán en salvar de manera más eficaz sus productos en España, sabiendo que tienen el producto más atractivo a priori para el espectador medio, cerrando el paso a posible competencia en un mercado en que no se puede permitir a consecuencia de la descendente demanda. Todo ello llevará inexorablemente a la extinción del apoyo de ciertas majors a la distribución de productos españoles de calidad y comercialmente viables, con lo que la pesadilla de la distribución se generalizará en el producto nacional, algo ya que es una odisea, como demuestra el hech de películas tan atractivas del 2011 como Emergo todavía no se han estrenado comercialmente.
Por otra parte, el ya dañado negocio de la distribución se agravará pues surgirá el pánico al riesgo por parte de compañías independientes que ya ajustan muy marcadamente sus apuestas. Pocos se atreverán a estrenar el llamado hoy en dia cine de autor, pero incluso las propuestas de éxito en este momento como ciertas producciones europeas o independientes con target de público adulto se pueden ver perjudicadas al deteriorarse el poder adquisitivo de ese espectador potencial. Lo que convertirá al mapa de distribución en España en un erial, alejado de las tendencias cinematogrtáficas a seguir y sin contemplar posibles nuevos nichos que estaban floreciendo, como el del cine infantil off Hollywood, en especial el de animación. Si a eso sumamos el rechazo de distribuidores y, sobre todo, exhibidores a nuevas formas de ver cine como las plataformas v.o.d. y similares, la posibilidad de ver cine de interés minoritario en España en condiciones legales disminuirá.
Y todo ello repercutirá desgraciadamente en el emergente talento español, unos autores jóvenes surgidos de escuelas de cine de contrastada trayectoria que al infierno de sacar adelante proyectos cinematográficos tendrán que enfrentarse al de su visibilidad, planteándose en breve la disyuntiva del exilio hacia zonas más prósperas pero con evidente pérdida de independencia creativa asi como el paulatino deterioro de las nuevas generaciones de potenciales espectadores y gente de cine que no dispondrán de un acceso a modelos de educación visual claros, con efectos letales en el interés por la profesión y la pasión por la creatividad. En definitiva, estamos matando los sueños. Que lástima, ahora que el audiovisual español transitaba por ciertos senderos reconocibles y reconocidos.
Àngel Sala a dilluns, juliol 16, 2012
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