Tan fuerte, tan cerca

15/03/2012 - Cinesa Diagonal 22h
TR3SC - 1,5 Euros

Oskar Schell es un niño especial, con un principio de Síndrome de Asperger y un punto de agorafobia, que tiene una relación muy especial con su padre (Tom Hanks). Éste le propone retos, las llaman expediciones, donde Oskar debe esforzarse por hallar respuestas. Ya que si fuesen fáciles de encontrar entonces no serían interesantes.

La película empieza con Oskar y su padre que están buscando el sexto distrito de Nueva York que se llevó la corriente años atrás, y que la gente no comenta porque asumió su ausencia con el tiempo. Pero la vida de todos se ve truncada con los atentados del 11-S, donde el padre de Oskar muere.

Al año de morir su padre, Oskar entra por primera vez en su vestidor y alli encuentra una llave. Y Oskar lo interpreta como el último reto de su padre. Explica que si el Sol se extinguiese, la Tierra seuiría recibiendo luz durante 8 minutos. Y él quiere alargar esos 8 minutos que le quedan su padre.

La investigación de qué contiene la llave le llevará a una aventura de autoconocimiento y concienciación social. Conduciéndole a conseguir pasar página, desvincularse de la estrecha relación con su padre y descubrir a su familia.

La película podría dividirse en un 70% y 30%. La gran parte de la trama trata de la historia de un niño asumiendo que se ha quedado huérfano de padre, y es un segundo plane bastante importante, está la reflexión sobre el daño generado humanamente a raíz de los atentados del 11-S.

Es un drama que intenta arrancar las lágrimas del espectador, pero que no lo acaba de conseguir seguramente porque cuando se toca el tema de la muerte en varias escenas de clímax aparece el tema del 11-S. Y al tratarse de un hecho tan sumamente horrible, pero a la vez poco común -ya que afortunadamente a la mayoría no se les ha muerto nadie en un atentado- hace díficil el empatizar las pérdidas personales del espectador con las del personaje. Además el carácter tan fuerte y especial del niño, probablemente hace que el espectador no logré conectar con el personaje principal, si no que se limite a sentir compasión o incomprensión por este.

Cabe decir, que se trata el tema del 11-S de una manera muy delicada, enfocada desde el punto de vista de un niño que necesita justificar todo lo que pasa a su alrededor (en parte por su cáracter y parte, quizá, por su posible enfermedad) y no lográ entender porqué alguien puede atentar contra la vida humana. Una reflexión común cuando muere alguien, pero que en esta cinta tiene de escenario de fondo los atentados.

Si se mira solo el aspecto de la historia de superación tras la muerte. Encontramos una bella historia narrada a modo de cuento-aventura infantil, donce Oskar mediante la última expedición conoce a su familia (Sin desvelar demasiados detalles, ya que al final de la cinta hay un pequeño giro argumental). Y aprende lo que es la muerte mediante la parábola del sexto distrito.

En otros niveles, Tom Hanks tiene un papel fugaz y Sandra Bullock recae en un segundísimo plano. Centrandose la historia sobretodo el Oskar, y con la ayuda durante una parte de la película del inquilino mudo que vive con su abuela.

A toro pasado, la cinta olía a Oscar (sin k): Por tocar el tema, asumido como patriótico norteamericano, del 11-S; por el personaje principal, un niño con carácter especial; por Tom Hanks en el papel de padre, familiar lejano de Abraham Lincoln. Supurando aspiraciones a estatuillas por todos los lados. Pero que finalmente se quedó en dos nominaciones.

La película de dos horas, es de ritmo pausado, planos meticulosamente cuidados y enfoques y desenfoques para emfatizar el drama. Técnicamente es bastante buena.

A nivel argumental, quizá peca en demasía de relacionar los hechos de la historia de superación con los atentados. Pero omitiendo este hecho, habla de la historia de un niño que siente una rabia irracional por la frustación de la muerte de su padre. Y de como se ve forzado a superar sus miedos, conocer gente, descubrir a su familia y a si mismo. Pero quizá sea demasiado distante para el público en general, ya que narra unos acontecimientos que la gente ha vivido a través de la televisión y no en primera persona. Limitando así el efecto lacrimógeno buscado en según que escenas.